domingo, 6 de marzo de 2011

Dinero puesto en la boca de la guitarra

Año 1964,Buenos Aires.Recuerdo que con Pinky Rubano,baterista y organizador de conjuntos (buscaba al músico que faltaba),hoy manager de artistas relevantes,salió un compromiso para ir hasta Realicó,pequeña ciudad del norte de La Pampa,en límite con Córdoba.En ese entonces hasta allí viajamos en tren,una manera muy económica y cómoda para llevar el equipamiento musical.Hoy en día lo que llevamos en ese entonces era casi nada en comparación con lo que en la actualidad se utiliza porque ni siquiera amplificador de voces se llevaba.
El viaje en tren era lento,o sea que había que armarse de paciencia para viajar de esa forma.Esos momentos los aprovechábamos para tocar y charlar sobre música.El repertorio que elegíamos no era el que tendríamos que tocar en el lugar a donde nos dirigíamos sino otro tipo de música que nos permitía disfrutar y poner en juego nuestras habilidades instrumentales.
Al llegar a dicho lugar,teníamos reservada una habitación en el hotel para poder asearnos y cambiar la indumentaria,ya que no dormiríamos allí porque debíamos regresar inmediatamente a Buenos Aires.
La actuación en el club de baile (no recuerdo el nombre) era una rutina de trabajo.El repertorio seleccionado para el caso,una o dos presentaciones en el mismo lugar y listo.
Una vez terminada la tarea,desarmar el equipamiento y llevarlo al hotel y cambiarnos la ropa para emprender el regreso.Llevamos todo a la estación del tren y cuando llegamos nos avisan que el tren tendría una demora de dos o tres horas (tal vez mas tiempo).
De este informe que nos dieron surgieron dos alternativas: Nos quedábamos las tres horas en la estación o nos cruzábamos hasta la calle paralela a las vías del tren (en el mismo frente de la estación) donde nos señalaron que había un bar que muchos parroquianos lo utilizaban como "Refugio de trasnochados".
Dejamos el equipaje en la estación del tren y nos fuimos al bar a tomar y comer algo.Allí nos encontramos con un ambiente de pueblo,donde se veía el mostrador tipo "pulpería",bien antiguo,con las características botellitas de decoración,algunas fotos descoloridas,etc,etc.
Allí estaban algunos paisanos guitarreando un buen rato hasta que deciden descansar y dejan las guitarras a un lado.Uno de mis compañeros músicos me dice que tocara algo,sabiendo que como había guitarreada folclórica,yo lo podía hacer.Le piden una de las guitarras al dueño o encargado del bar y nos la alcanza.
Yo  comienzo a tocar a nivel "solista de guitarra" (mis compañeros no eran "del palo" folclórico para participar conmigo).Al estar sonando tan solo una guitarra (sin canto) todos los parroquianos comenzaron a escuchar.Terminé el primer tema y hubo un silencio total,sin aplausos.Arranco el segundo tema y cuando lo termino,sorpresivamente viene uno de los paisanos y deposita en la boca de la guitarra uno o dos billetes (dinero).Luego viene otro y hace lo mismo.
Gracias a Dios siempre hay un personaje que generalmente simpatiza  con los músicos,y el amigo de esta ocasión me dice:
-No se te ocurra rechazar el dinero porque aquí es costumbre cuando escuchan algo con placer,el dinero puesto en la guitarra es una forma de gratificación y agradecimiento que tienen ancestralmente los paisanos.Si pretendes devolvérselo lo van a considerar una señal de rechazo,se van a sentir ofendidos y puede armarse quilombo.Vos seguí tocando que seguramente otros harán lo mismo.-.
Menos mal que la aclaración sirvió para pasar normalmente el momento porque además del dinero en la guitarra también hubo invitaciones a tomar algo a mis compañeros "los músicos" como decían ellos al dirigirse a nosotros.