sábado, 31 de marzo de 2012

Historias cómicas

Siendo fiel a mis narrativas que tienen que ver con el aspecto musical,estas dos historias,una del norte del país,Santiago del Estero y la otra del sur en Trelew Chubut son el tema elegido para esta ocasión donde los protagonistas (yo soy uno de ellos) están en la actividad musical pero en esta ocasión no hacen música.

AÑO 1958-Santiago del Estero.
En ese tiempo sucede esta historia con mi amigo Leo Dan.Lejos estaba él de ser el personaje musical famoso en que se convirtió (Tan solo lo llamábamos por su nombre:Dante) ya que contaba con 16 años y yo con 15.
Don Pascual Tevez,papá de Leo Dan,hombre trabajador en su oficio y que en ese entonces tenía una verdulería que por las tareas relacionadas a esa función tenía dos caballos,un matungo de 12 años que hacía el trabajo pesado y una yegüita de seis u ocho meses que parecía para correr carreras.Estos dos pintorescos animales son parte principal de esta anécdota.
L.D era muy buen jinete y por esas cuestiones solíamos pasear a caballo.Él montaba la yegüita que tenía un andar nervioso y realmente había que manejarla y yo con el matungo porque era bien tranqui.
Un día andábamos paseando por el Parque Aguirre,una arboleda llena de Eucaliptus que es especial para pasear sobre todo en verano porque es una zona muy fresca,y apareció un muchacho que también andaba con su caballo y a mi se me ocurrió la "brillante idea" de hacer una carrera: Leo con la yegüita y el muchacho con su caballo.Nos acercamos a él y le hicimos el desafío el cuál aceptó y encima y para mejor hicimos la apuesta por dinero.
La carrera era de unos trescientos metros de recorrido.No se veía el punto de partida porque el lugar elegido tenía forma curva y yo estaba en la llegada,montado en el matungo.
El tiempo transcurría y yo ya estaba impaciente porque no pasaba nada cuando de pronto veo venir a Leo y me dice que la yegüita no quiere correr,que había hecho el intento varias veces pero no pasaba nada.-¿Entonces qué es lo que quieres hacer?-,le pregunté a Leo y me dijo que le diera el matungo para poder cumplir con la carrera pactada.
Hicimos el cambio de caballo y me quedé con la yegüita esperando la llegada de los caballos.El final era de esperar: En la curva apareció el muchacho que habíamos desafiado a todo galope con su caballo y como doscientos metros mas atrás venía Leo con el matungo.
Tuvimos que pagar la perdida apuesta y el resultado nos dió risa ya que verdaderamente quién nos hizo meter la pata fué la yegüita porque no quiso correr.
Esta historia cómica que se relaciona con la yegüita tiene un final poco simpático.Mi papá,a quién le gustaban los caballos porque era un buen jinete,veía con agrado que a mi también me gustaran.-¿Te gusta la yegüita?-,fué la pregunta que me hizo papá y le dije que sí,que parecía un caballo de carrera.Recuerdo que vino don Pascual a casa (él y papá ya eran consuegros) y mi padre le pregunta:-¿No quiere venderme la yegüita,don Pascual?.A Hugo le gusta muchísimo y quisiera comprársela para él si usted decide vendérmela-.-Sí doctor,como no,no hay problema-,dijo don Pascual Tevez,y mi padre le dijo:-Mañana le envío el dinero con Hugo pero de todos modos la yegüita se queda en su casa,ya que usted tiene lugar donde albergar los caballos-.
Al día siguiente fuí y me encontré con la noticia de que a don Pascual le habían robado los dos caballos:El matungo y la yegüita.

AÑO 2002-Trelew Chubut.
Esta historia es corta pero también tiene su aspecto cómico.
Había una reunión familiar con un agasajo importante y asistimos con toda la familia:Mi señora,hija e hijo.Estábamos degustando lo que estaba servido pero lo que en ningún momento tuve en cuenta fué que había un movimiento de aspecto musical que presuponía la actuación de alguien.Como para mi tan solo era el cumplir con la parte familiar el motivo por el que estaba en ese momento,jamás tuve la idea de participar musicalmente y sobre todo como no veía a nadie conocido,me aprestaba solamente a esperar que el tiempo transcurriera.Me sentía como sapo de otro pozo porque los familiares de mi señora eran personas con quiénes no había tratado cotidianamente ya que eran de distintos puntos de la provincia.
De repente se acerca un muchacho y me dice:-¿Usted es el señor Hugo Juárez?-,a lo que le respondí que sí lo era,y de mi que era lo que deseaba.Imaginé el mangazo para que tocara la guitarra,que si yo no tenía instrumento ellos me lo prestarían y algún otro pensamiento similar.
La sorpresa (muy cómica por cierto) fué cuando el muchacho me dijo:-Señor Juárez,yo soy integrante del conjunto (folclórico) que estamos por actuar y "Vengo a pedirle disculpas por los errores que vamos a cometer".
Esta declaración me tomó de sorpresa y tal vez por eso no se me escapó una carcajada ante esta insólita declaración.Con toda tranquilidad le contesté que no me viera como jurado de concurso (intervine como tal varias veces),que yo tampoco tenía que actuar,que tan solo estaba con mi familia por el compromiso al respecto y que hiciera tranquilo su actuación.
El momento pasó y quedó este sinceramiento de su parte (que no sé si hubo pifiadas) para que sirviera como motivo inspirador de esta singular anécdota.