jueves, 31 de diciembre de 2020

 

               LEO DAN Y RICARDO CONTRERAS

Año 1984.

Recuerdo que a pedido de mi hermano Oscar decidí ir a Bs As para encontrarme con Leo Dan después de más de veinte años de no vernos personalmente. Le comenté  la perspectiva de viajar a mi amigo el cantorazo Ricardo Contreras y me dijo que él también tenía previsto un viaje a la “Capi Fede” y nos pusimos de acuerdo para viajar juntos.

Cuando llegamos a Bs As me puse telefónicamente en contacto con L Dan y concordamos el encuentro que se haría en la sede de Sadaic para luego ir a su domicilio.

El día anterior al encuentro con LD estuve con su hermano Carlos Tevez (mismo nombre que el jugador de fútbol) hablando de música por supuesto.

Llegó el día del encuentro y fuimos rumbo a Sadaic pero como llegamos mucho antes del horario  previsto, decidimos almorzar en la confitería/restó que está pegadita prácticamente al lugar de los recaudadores de los derechos de autor musicales (Sadaic).

Con Ricardo C nos ubicamos en el fondo del local que era   con poco ancho en su estructura pero bien largo. Pedimos el almuerzo y nos sirvieron en seguida. En medio del almuerzo RC me dice:-Hugo, ¿Te fijaste en esos dos viejitos que estaban sentados en la entrada del restó?-,y le dije que no, los miré y le dije que no los conocía.

Insistentemente RC me dice-Hugo, los viejitos nos están mirando y en forma bastante reiterada -, y le contesto  que podría ser pero tal vez sea una simple curiosidad.

Nosotros terminamos de almorzar y de pronto RC dice-Hugo, el viejito pelado nos mira fijamente, se levantó y viene hacia nosotros-,entonces miro yo también y cuando estaba ya bien cerca de nosotros comienzo a ver detenidamente su rostro para ver si lo conocía y cuando  miré a sus ojos tuve que hacer una composición de lugar, tiempo y espacio para darme cuenta que esa persona que se nos aproximaba, ¡Era Leo Dan!.

Al reconocerlo me paré y le dije animadamente -¡Hola Leo!-,con un fraternal abrazo.

Leo me dice-Hugo, vos siempre estás bien, se te ve bien, no como yo que me descuidé demasiado por eso estoy gordo y pelado -.

Le presenté a Ricardo C y charlábamos de todo un poco cuando de pronto Leo sintió mareos y un dolor en la zona intestinal que lo hizo doblarse y nos dijo que si por favor lo podíamos llevar a la enfermería de Sadaic (Dentro de Sadaic mismo) y entre Ricardo y yo lo llevamos.

Esperamos un tiempo normal hasta que apareció y dijo que ya estaba normal, que le inyectaron un calmante y listo. Leo nos llevó hasta donde tenía su vehículo y le dijimos que Ricardo o yo le podíamos manejar su coche pero dijo que no era necesario, por lo tanto rumbeamos para su domicilio. Al llegar nos mostró parcialmente su casa, muy bonita con pileta de natación, en la zona de San Isidro.

Al estar conversando en el living aparece el momento musical. Leo trae una hermosa guitarra acústica (Cuerdas de metal) Ovation USA (¡Un maquinón!) y comencé a acariciarla, se sonaba todo. Entonces Leo dice que tenía intenciones de venderla ya que él no le daba uso y si en el sur alguien estaba interesado que le avisáramos.

A esto le hago el comentario de que me gustaba mucho la guitarra pero que la podría comprar únicamente en cuotas , a lo que Leo me contesta,-¿La querés para vos?,llevátela y no me debes nada-,o sea que me la estaba regalando.

En un momento cuando Leo va al interior de su casa y quedamos Ricardo y yo en el living, Ricardo me dice:-Hugo, Leo está sumamente emocionado por tu presencia y sobre todo tantos años sin verse y por eso te está dando su guitarra. Espero que te hagas el distraído y no te la lleves.

Siguió el momento musical donde únicamente cantó Ricardo y Leo solo escuchó. Al decirle a Leo que el tercer tema (y último) era una balada con letra y música mías al terminar la interpretación le digo a Ricardo que hubiera cantado otra cosa ya que ese tema tenía casi treinta años y leo dijo-Estaba treinta años adelantado- por la melodía y sus acordes.

Otro poco de conversación y llegó la hora de retirarse y entonces Leo nos dice que de sus tres coches dos estaban en el taller y con el que nos trajo a su casa se lo llevó su señora y por lo tanto vamos a tener que tomar el colectivo que pasa en la esquina (a muy pocos metros) de su casa.

Cuando salimos de su casa Leo tomó la guitarra y me la entregó cuando yo subía al colectivo.

-Ella va a estar en buenas manos- me dijo, y se despidió de nosotros.

¿Qué más decir?.Gracias a Leo Dan la Ovation USA forma parte de mi arsenal de guitarras.